Cabeza y corazón, forma y fondo, técnica y sentimiento. Sor Juana Inés de la Cruz lo tiene todo. Es una de las –y de los– principales poetas de toda la historia de nuestra lengua. Vivió a finales del siglo XVII, fue casi contemporánea de Lope de Vega, de Quevedo, de Góngora, de Calderón. Y ese es su nivel, esos son sus pares. Hubo quien la llamó, con razón, «la décima musa».